Mitos y verdades de los biocombustibles


En torno a los biocombustibles existen una serie de falacias, por ello, es necesario aclarar algunas de ellas:
1.    No tienen repercusión en la seguridad alimentaria: Las tierras utilizadas para la producción de biocombustibles no inciden en las tierras destinadas a la producción de alimentos.
2.    El negocio beneficia solo a los productores y dueños de empresa: Las materias primas que se utilizan en la producción de biocombustibles generan miles de ganancias para números agricultores, extendiendo así los beneficios a todos aquellos que participen en la cadena de elaboración.
3.    Los beneficios ambientales son reales: Estudios científicos han comprobado que el uso de biocombustibles es beneficioso para el medio ambiente, pues reduce la emisión de dióxido y monóxido de carbono, los cuales son perjudiciales para la atmósfera, así como la producción de gases de efecto invernadero.


4.    Contrario a lo que se piensa, mitigan el cambio climático: La producción de biodiesel y bioetanol contribuye a la seguridad energética y al crecimiento de las industrias, a la par que reduce las emisiones de dióxido y monóxido de carbono y minimiza el impacto de los gases de efecto invernadero, aportando así soluciones al calentamiento global.
5.    Los efectos negativos de los biocombustibles dependen de la materia prima que se utilice: Según la base de la que se parta para realizar el combustible, que bien puede ser fósil o vegetal, su producción de CO2 será mayor o menor.
6.    Los biocombustibles no aumentan el precio de los alimentos: Al basarse en desechos orgánicos, provenientes de vegetales y plantas, estos no inciden en los costos de la comida. El incremento de esta depende del valor del petróleo.
7.    Es falso que se emplea más energía en producir biocombustibles que la que ellos aportan: El biodiesel y el bioetanol contienen grandes cantidades de energía, sumamente mayores a las que se emplean para generarlas.

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